Hugo Mújica ha dicho que «El vacío es toda situación donde la supuesta linealidad de nuestra vida se rompe. [...] Esa ruptura es la posibilidad y la felixibilidad para la novedad.» La Casa es
esa posibilidad y es permanencia, es el espacio creado para la espera: la esperanza de que el vacío pueda ser llenado de silencio. La poética de Hugo Mújica es un vacío que escuchamos porque no
nace de la nada sino de toda cosa que tiembla. Sólo sabe hablar quien guarda silencio. Mújica es uno de los grandes poetas latinoamericanos de este siglo y lo es porque su lenguaje calla. Nada
más sabio que una voz que hable nuestra lengua, en el silencio. En estos tres ensayos el poeta aborda -desde el pensamiento- los modos de habitar nuestra soledad por la apertura, la crisis, lo
nuevo que se abre ante la ausencia de un sentido, y es capaz de apuntar en unas breves palabras y con una delgadez metafísica ideas imborrables sobre el parecido entre la casa y el cuerpo en La
casa”, primero de los textos que componen La casa y otros ensayos».