El autor defiende que la irresponsabilidad se extiende a diferentes marcos geográficos, políticos e institucionales, pero también a algunos modos de proceder de la ciudadanía. Se hace necesario
recuperar un cierto sentido de la medida y no traspasar determinados límites. Desde ese diagnóstico el libro trata de diseñar caminos hacia una sociedad más responsable en la educación, la
economía, la administración y la unidad familiar.