El Chino y Salvina salen de Tenancingo, para cruzar la frontera y caer en las garras de El Gringo. Una vez del otro lado, a los hombres los pone a trabajar en los plantíos de fresa y a las
mujeres las prostituye. Salvina es una de sus favoritas. Cada tanto se acuesta con ella y le da permiso de pasar las noches con El Chino, quien resulta bueno para los negocios, así que le va
soltando las riendas, lo vuelve parte de su gente al igual que a Luciano, el primo del Chino, hasta que se ganan su confianza y lo asesinan. Pero El Chino y Luciano no son mejores que El
Gringo, se quedan con sus negocios y con los mojados que
siguen llegando del otro lado de la frontera. Abrirán un centro nocturno y traficarán mujeres, con la misma crueldad con la que a ellos los usaron. Esta es una novela escrita en forma poética
llena de traiciones, venganza y honor en la que los personajes sortearán toda clase de vicisitudes que reflejan la realidad de nuestro tiempo.