El misterio que rodea a la mujer de Pendergast se hace cada vez más impenetrable y el inspector descubre que en realidad no sabía casi nada del pasado de su esposa. Después de averiguar que
la muerte de su esposa Helen no fue un accidente, el agente especial del FBI Aloysius Pendergast tiene una sola meta en la vida: la venganza. Implacable, persigue a los que lo traicionaron
por las marismas de Louisiana, las calles de Nueva York y hasta los páramos desolados de Escocia. Sin embargo, lo que descubre solo le enturbia su visión de lo sucedido: Helen podría haber
sido partícipe de su propio asesinato. Las capas del embrollo son múltiples y esconden un complot cuyo origen se encuentra generaciones atrás y que parece ser más monstruoso de lo que jamás
pudiera haber imaginado. Pendergast percibe que todo lo que creía y todo lo que entendía podría basarse en una mentira horrenda.