¿Quiénes promovieron la ridícula frase ’el trabajo dignifica’? ¿Por qué todavía hay que respetar la cultura del inmigrante que promueve que una vida sacrificada es mejor que una vida relajada?
¿Por qué continuamos reclamando por más trabajo cuando en países desarrollados se planifican jornadas laborales más cortas con idéntico salario? ¿Por qué entregamos nuestro tiempo y nuestra
vida a cambio de una suma que no nos permite siquiera subsistir? Un empleado encuentra un antiguo manual en el que cientos de otros empleados dejaron inscriptos, desde la época de la colonia,
un sinfín de consejos para haraganear al máximo en el trabajo y que, al mismo tiempo, parezca que uno es un empleado devoto y dedicado.