Él corrió a su lado en cuanto se enteró del accidente. Hasta su completa recuperación, el millonario doctor decidió llevarse a la convaleciente Cybele a su casa, frente al mar, prometiándose
cuidar y proteger a aquella joven viuda y embarazada, sin revelarle sus verdaderos sentimientos. Pero temía que a pesar de sus brillantes habilidades, fuera incapaz de retener a Cybele a su
lado si se enteraba de la verdad sobre el papel que había jugado en su embarazo.